Compromís insulta a los
votantes del Partido Popular
Agustín Ferrer Ortiz.-
Insultar por parte de un
político, aunque sea un simple concejal del pueblo más pequeño de España, es la
conducta más imperdonable que pueda existir porque sin duda demuestra de que
pasta está hecha el político y su partido.
Me he esperado a que pasaran los
días de la Semana de Pasión para poder meditar en la paz que a uno le ofrece su
hogar y su familia cómo redactar este editorial y cómo dirigirme a un personaje
“ Germanus Indignatus”, que así firma en las redes sociales, que ha demostrado
su mal talante político y que deja a los
pies de los caballos a la izquierda más fascista y cavernícola que existe
actualmente en la Comunidad Valenciana, algo a lo que ya nos tienen
acostumbrados en los últimos tiempo y que demuestran día a día con sus
algarabías callejeras.
Ya he dicho en numerosas
ocasiones, que en política no vale todo y mucho menos tienen cabida los
insultos o amenazas para con aquél con quien no se está de acuerdo por tener
ideas políticas diferentes, pero que por encima de todo no deja de ser una
persona, un ser humano al que se le merece el máximo respeto y esa función, la
del respeto con el contrincante es algo que debe pesar mucho más en el político
que representa a un grupo social que le eligió o eligió a su partido para
representarle ante los diferentes estamentos sociales y políticos.
La izquierda española es muy dada
a faltar al respeto con una impunidad y un cinismo que sobrepasa todos los
límites mientras colocan en la picota a quien demuestra ser defensor de sus
ideales políticos o se ha fotografiado con una bandera que actualmente ya no es
constitucional pero que mantiene los mismos ideales y colores ahora que antes,
mientras ellos si pueden exhibir libremente una tricolor que no representa a
este país u otra que además está patentada por un empresario que no autoriza su
uso que ofende la cultura e historia de una comunidad como es la valenciana.
La agresividad política de la
extrema izquierda, de la izquierda fascista establecida en los grupos políticos
de Compromís y Esquerra Unida está ampliamente demostrada desde hilo tempore y
que tomo fuerza con aquella “primaveravalenciana” en la que sus radicales
protagonizaron los actos vandálicos y callejeros más despreciables que puedan
suceder y a los que incluso se sumó la hija del dirigente y responsable de
Compromís, Enric Morera. Además conocemos los ataques constantes a sedes del
Partido Popular. En definitiva, algo que los demócratas, los hombres y mujeres
libres que creemos en la libertad de expresión, en la concordia, en la igualdad
de las personas incluidas sus diferentes ideas políticas o religiosas, no
deseamos ya que ataca directamente a la propia democracia y ataca los valores
morales, sociales y políticos de nuestros representantes y a los ciudadanos que
elegimos votar una fuerza política en concreto.
Y como si no tuviéramos bastantes
con estos radicales fascistas, unos días después un joven radical de 21 años
(me imagino que aún muy verde en lides políticas y muy bien manipulado) ataca
la sede del Partido Popular en Valencia siendo posteriormente detenido por la
Policía a la que tacharán de manipuladora, mentirosa y sabe quien cuantas cosas
más.
En definitiva, que si para estos
radicales de Compromís el todo vale, estamos volviendo a épocas pasadas que
acabaron como el rosario de la aurora y algo que los verdaderos demócratas no
deseamos pues amamos la libertad y nuestros derechos y no deseamos bajo ningún
concepto verlos manipulados o pisoteados por políticos sin escrúpulos, amorales
y siervos de una historia inexistente, la que ellos se quieren creer e imponer.
Y si por esa vía antidemocrática, ilegal y criminal piensan ganar unas
elecciones, pueden ir haciéndose a la idea, de que la propia sociedad
valenciana y parte de sus votantes van a darle la espalda.
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