viernes, 25 de abril de 2014



Compromís insulta a los votantes del Partido Popular

Agustín Ferrer Ortiz.-
Insultar por parte de un político, aunque sea un simple concejal del pueblo más pequeño de España, es la conducta más imperdonable que pueda existir porque sin duda demuestra de que pasta está hecha el político y su partido.
Me he esperado a que pasaran los días de la Semana de Pasión para poder meditar en la paz que a uno le ofrece su hogar y su familia cómo redactar este editorial y cómo dirigirme a un personaje “ Germanus Indignatus”, que así firma en las redes sociales, que ha demostrado su mal talante político y  que deja a los pies de los caballos a la izquierda más fascista y cavernícola que existe actualmente en la Comunidad Valenciana, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados en los últimos tiempo y que demuestran día a día con sus algarabías callejeras.
Ya he dicho en numerosas ocasiones, que en política no vale todo y mucho menos tienen cabida los insultos o amenazas para con aquél con quien no se está de acuerdo por tener ideas políticas diferentes, pero que por encima de todo no deja de ser una persona, un ser humano al que se le merece el máximo respeto y esa función, la del respeto con el contrincante es algo que debe pesar mucho más en el político que representa a un grupo social que le eligió o eligió a su partido para representarle ante los diferentes estamentos sociales y políticos.
La izquierda española es muy dada a faltar al respeto con una impunidad y un cinismo que sobrepasa todos los límites mientras colocan en la picota a quien demuestra ser defensor de sus ideales políticos o se ha fotografiado con una bandera que actualmente ya no es constitucional pero que mantiene los mismos ideales y colores ahora que antes, mientras ellos si pueden exhibir libremente una tricolor que no representa a este país u otra que además está patentada por un empresario que no autoriza su uso que ofende la cultura e historia de una comunidad como es la valenciana.
La agresividad política de la extrema izquierda, de la izquierda fascista establecida en los grupos políticos de Compromís y Esquerra Unida está ampliamente demostrada desde hilo tempore y que tomo fuerza con aquella “primaveravalenciana” en la que sus radicales protagonizaron los actos vandálicos y callejeros más despreciables que puedan suceder y a los que incluso se sumó la hija del dirigente y responsable de Compromís, Enric Morera. Además conocemos los ataques constantes a sedes del Partido Popular. En definitiva, algo que los demócratas, los hombres y mujeres libres que creemos en la libertad de expresión, en la concordia, en la igualdad de las personas incluidas sus diferentes ideas políticas o religiosas, no deseamos ya que ataca directamente a la propia democracia y ataca los valores morales, sociales y políticos de nuestros representantes y a los ciudadanos que elegimos votar una fuerza política en concreto.
Y como si no tuviéramos bastantes con estos radicales fascistas, unos días después un joven radical de 21 años (me imagino que aún muy verde en lides políticas y muy bien manipulado) ataca la sede del Partido Popular en Valencia siendo posteriormente detenido por la Policía a la que tacharán de manipuladora, mentirosa y sabe quien cuantas cosas más.
En definitiva, que si para estos radicales de Compromís el todo vale, estamos volviendo a épocas pasadas que acabaron como el rosario de la aurora y algo que los verdaderos demócratas no deseamos pues amamos la libertad y nuestros derechos y no deseamos bajo ningún concepto verlos manipulados o pisoteados por políticos sin escrúpulos, amorales y siervos de una historia inexistente, la que ellos se quieren creer e imponer. Y si por esa vía antidemocrática, ilegal y criminal piensan ganar unas elecciones, pueden ir haciéndose a la idea, de que la propia sociedad valenciana y parte de sus votantes van a darle la espalda.

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