lunes, 13 de julio de 2015


Desde mi corondel: “El PP valenciano busca caras nuevas para la transición”

Por Agustín Ferrer Ortiz.-
Como dijo José María Aznar, el PP debe acometer una rectificación enérgica, creíble y suficiente”. Lo mismo debe hacer el PPCV porque la actual cúpula no es que esté obsoleta y caduca, es que está manchada por una mala gestión en todos los frentes, especialmente en el de la corrupción que es lo que les ha hecho perder las elecciones y desde luego la falta de democracia interna dentro de un partido donde todo funciona a dedo.

Un partido sin esa democracia está sin duda abocado a fracasar de forma continuada y el PP no se puede permitir este lujo porque será desplazado por otros que se alinean con el centro aunque su ideología no corresponda tanto con ello, pero ya en las autonómicas y municipales dieron buena nota de ello y dejaron claro cuál es el camino que van a seguir. Me estoy refiriendo claramente a Ciudadanos.

Esta andadura de cuatro años (suponiendo que el tripartito no explote antes por los cuatro costados) por el desierto debe servirles para trabajar en profundidad en un proyecto de futuro que ilusione al ciudadano, debe servir para hacer creer a la ciudadanía que el Partido Popular puede hacer mejor las cosas y que las épocas de zaplanistas, campistas y fabristas pasan a la historia para ser realmente el Partido Popular del Pueblo y no de amiguismos, enchufismo y hambrientos convertidos a corruptos. Pero la verdad es que viendo la imagen solo puedo obtener una lectura y es que las caras que hay representadas, son caras ya muy vistas, gentes que de una u otra forma ya llevan muchas horas de vuelo en el partido y alguno tendrá maneras antiguas, lo que debo entender que Vicente Betoret no ha acertado mucho. Ojo, no dudo de la profesionalidad ni honradez de cada uno de ellos. Todo lo contrario, pero necesitamos ideas nuevas, gente nueva que no haya estado ni siquiera en la tercera fila.

Ahora Alberto Fabra y Rita Barberá se retiran al Senado y dejan la puerta abierta a la guerra por la sucesión y ocupar la poltrona de la calle Quart sede del PPCV y liderar el partido. ¿Pero quién será el elegido? ¿Será del agrado de las bases y por tanto también de los votantes? ¿Qué hará la gestora para contentar  a unos y otros? Son muchas las preguntas abiertas ante esta crisis popular provocada por alguien que ni supo lidera la Generalitat Valenciana ni supo liderar el partido ante las crisis políticas a las que se enfrentaba sin saber vender cara a la sociedad su “maldita línea roja”.

Sabias son las palabras de un político del PP de Xàtiva cuando dice y copio íntegramente su texto en el cual hace un acto de modestia sobre el resultado de las elecciones en esa población pero que sirve para Valencia y cualquier otra capital o pueblo español: “Caben ahora múltiples cuestiones y preguntas acerca de la forma en la que se afronta este reto y muchos votantes populares se han instalado en una incertidumbre sobre cuál será la forma de interpretar este nuevo papel y cuál va a ser el resultado”. Y sigue diciendo, y yo no lo hubiera podido expresar mejor: “El nuevo escenario político nos obliga a un cambio en las formas y las actitudes. La política del retrovisor hay que atajarla para dejar a un lado determinados argumentos que siempre se volverán en nuestra contra. La crítica inteligente, la exposición pausada y meditada se deben abrir paso a la vieja política del chillido y a cierta agresividad verbal. Debemos ser constructivos aunque no permisivos”. Hace igualmente referencia a ese distanciamiento que siempre ha existido en este partido con respecto a sus votantes y a la propia ciudadanía y lo destaca así: “Escuchemos a la gente, seamos su voz. No va a ser tarea fácil, ya que quizás ese alejamiento de las personas que ha practicado el PP ha generado una desconfianza hacia el partido, pero tal vez ese sea el primer objetivo que habría que marcarse de cara a recuperar el terreno perdido. Nuestro partido debe ser más abierto y poder escuchar los problemas de la gente joven, los parados, las mujeres, la gente mayor, los discapacitados, la gente en riesgo de exclusión social....seamos el partido de las personas”.

Y efectivamente, ya no es hora de críticas feroces y agresivas, no es hora del “y tú más”, sino que es hora de ponerse a trabajar para recuperar a una ciudadanía defraudada a lo largo de los últimos años, ante el mutismo y el hermetismo de un partido que nunca ha estado abierto a la sociedad a la que si le ha exigido sus votos sin ofrecerles la mano para ir juntos hacia nuevos caminos que hicieran prosperar a la Comunidad Valenciana y es que les ha podido más la prepotencia que la verdadera razón de su trabajo.

Y a nivel nacional y cito a los populares de La Costera que dice: “Mariano Rajoy pide una segunda oportunidad a esos ciudadanos desencantados, unos tres millones, que en mayo seguían empeñados en castigar al PP en las urnas”. Y es muy cierto. Estábamos y seguimos desencantados porque precisamente la forma de hacer política del máximo mandatario del partido genera desconfianza e inseguridad algo que ha arrastrado a las comunidades autónomas que han visto reflejado en sus líderes la dejadez y desgana de Rajoy y ese no es el camino y menos el camino del silencio.

Ahora es hora de trabajar, de buscar nuevos equipos de trabajo con ilusiones renovadas y que sepan dar la cara, que estén codo a codo con la ciudadanía antes y después y no encerrados en despachos apoltronados y esperando el suculento cheque de final de mes. Demos pues un voto de confianza y esperemos a los primeros resultados y cuando sepamos quien es quien, volveremos a hablar.