martes, 11 de octubre de 2016


Desde mi corondel: Un 9 d’Octubre anti NAZI-onalista
Por Agustín Ferrer Ortiz



Cientos de valencianos se congregaron este pasado domingo para celebrar el día de la tierra valenciana, de la Patria valenciana de una forma muy especial ante el primer año de gobierno municipal de Compromís y su responsable al frente del Cap i Casal, Joan Ribó y la plaza del Ayuntamiento era un hervidero de valencianos de corazón, ansiosos de ver su más preciado símbolo, ese que nos identifica como Reino porque además no se inclina ni para ser bajada desde el balcón principal de la casa consistorial, la Senyera, la Real Senyera que Jaume I nos otorgara junto con los Fueros que deben regir nuestro destino.

 Los valencianos, aquellos que sienten con fervor sus tradiciones, sus señas de identidad, su cultura, su idioma y su bandera no quisieron perder la oportunidad de expresar la opinión que el alcalde comunista-radical-extremista y tarraconense que nunca valenciano, les merece, por ello a lo largo del recorrido desde que salió del Ayuntamiento, los gritos de “Ribó dimisión” fueron constante pese a las medidas de seguridad que el Ayuntamiento mantuvo para estar alejados de la muchedumbre, pero se podrán parar los cuerpos, pero jamás podrán callar las voces y en esta ocasión los ciudadanos no dejaron de abuchearle a el y a todo el séquito extremista de Compromís cuyo objetivo es vender nuestra tierra al catalanismo ruin, falso e inexistente de los Països Catalans, burda mentira en la que creen ciegamente los incultos nacionalistas valencianos amparados bajo un manto de analfabetismo histórico.

Y ya es la segunda vez, puesto que justo se está celebrando el  aniversario de la llegada al poder de estos radicales que están gobernando gracias a un tripartito despiadado y lleno de odio hacia la derecha y con la aprobación de un partido, Ciudadanos, cuya ubicación en la historia política valenciana será una simple página en algún ilustre libro que pronto la sociedad olvidará, porque no se puede estar con una mano pidiendo a Dios y con la otra rogando al diablo y así es como actúa el partido de Albert Rivera en toda España, buscando el sol que más calienta para poder tener una pequeña relevancia en la historia. La suerte es que serán antes de lo pensado y estoy convencido de ello, las urnas la que vuelvan a colocar a cada uno en su lugar y tanto Podemos, como Compromís se verán relegados a la oposición, lugar que les corresponde y donde solo tendrán el derecho al pataleo, lo malo es que hasta que llegue ese momento, el daño que harán en el Reino de Valencia, será terrible y ello me traslada a las épocas catalanistas, aquellos inicios catalanistas de Joan Lerma y del PSPV-PSOE casados con las políticas de CiU y que poco a poco el Partido Popular ha ido atajando sin eliminar lo que ya había instaurado el nacionalismo catalán.

Otra nota interesante es ver que el portador de la Real Senyera, pese a ser de Ciudadanos, es un valenciano de bien, un hombre honesto que realmente está por la labor y defensa de las señas de identidad y es de agradecer que Fernando Giner soportara con orgullo el peso y la responsabilidad de portar nuestro símbolo de unión, el manto que cubre al pueblo valenciano y no tuviéramos que volver  a ver como Joan Ribó portaba la misma con la cara gacha como avergonzado, pero sepa que los realmente avergonzados somos los valencianos por tenerle a él de alcalde, indigno representante de nuestra mayor institución y que regala nuestro dinero a asociaciones claramente pro catalanistas o asociaciones que son el símbolo del catalanismo en nuestra comunidad.

Francamente, estoy deseando que pasen rápido estos tres años que quedan de gobierno radical nazi-onalista y que el pueblo valenciano nuevamente pueda ser libre y cantar con orgullo “Pero ofrenar noves glories a España”, porque un pueblo libre, es un pueblo contento, es un pueblo feliz y dichoso que defiende con amor y orgullo sus señas de identidad y nunca bajo la tiranía política de quienes quieren amordazarnos con propuestas absurdas radicales como es el independentismo y la obediencia al separatismo catalán.


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