miércoles, 25 de marzo de 2015


Opinión: Ganan los de siempre y pierde Podemos

Por Agustín Ferrer Ortiz.-
La fuerza liderada por Pablo Iglesias que se presentaba a estos comicios andaluces como la única alternativa al bipartidismo y dispuesta a acabar con el Partido Popular, ha quedado en un tercer plano muy lejos de la realidad que esperaban de ganar o como mínimo ser el segundo partido en el panorama político de Andalucía.
Lo que es sorprendente es el castigo que los andaluces dan al Partido Popular mientras que al PSOE lo votan llegando casi a la mayoría, teniendo en cuenta los casos de corrupción del Gobierno socialista en esa comunidad y con dos de sus máximos responsables (Chavez y Griñán) imputados por el caso de los ERE’s, lo que demuestra el nivel de incultura existente en la población rural de esta zona a la que es fácil someter con el yugo del miedo y de la mentira roja tan habitual por esas latitudes.
Hay que tener en cuenta que el gran problema que tiene el Partido Popular es la falta de comunicación. No han sabido explicar a la sociedad las verdaderas causas de la crisis, los recortes que hizo el PSOE y los posicionamientos populares para ir saliendo d ela crisis y no han sabido explicar, especialmente, por qué las promesas que hicieron han sido incumplidas en aras de tener que solucionar los problemas que el PSOE provocó y que los mismos socialistas han usado para hacer creer a la sociedad que los problemas son consecuencia de las políticas adoptadas por Rajoy y su gabinete dormido en los laureles.
No obstante esto es un toque de atención a los chicos de Rajoy que pierden más del 20%, unos 500 mil votos y le pone ante las ruedas del carro de lo que le espera en mayo en otras comunidades autónomas, como la Comunidad Valenciana, a vista de las últimas encuestas publicadas, donde Ciudadanos tendría la llave de la gobernabilidad (difícil porque ya sabemos que estos no quieren pactar con el PPCV), o el tripartito PSPV-Compromís-Podemos puede ser una nefasta y triste realidad para esta tierra por el desmadre político de estas formaciones y su antojo catalanista y empeño en acabar con las raíces valencianas en todos los terrenos. Sea como sea, la situación para Fabra es negativa porque este partido ha perdido toda la confianza por parte de la sociedad que se ha visto engañada por tanta corrupción entre sus líderes desde el gobierno de Francisco Camps hasta el de Alberto Fabra que heredó un gobierno sucio y corrupto. Tal vez si en aquel entonces Génova hubiera actuado de otra manera, hoy la Comunidad Valenciana sería popular, pero como el blandito de Rajoy nos endosó al otro blandito, así nos ha estado luciendo en pelo. Entre uno que no sabía y el otro que menos aún, pues la Comunidad Valenciana anda hecha unos zorros e ingobernable.
No obstante la lectura que hay que hacer de estas elecciones en Andalucía es la que sacamos tras el varapalo que reciben los chicos de Podemos que se imaginaban ganándolo todo y oprimiendo al País con unas políticas autoritaristas, antesala sin duda de lo que les espera en el mes de mayo y posteriormente en noviembre por lo que deducimos que la pauta de trabajo marcada por Pablo Iglesias para destruir el estado de derecho que sostiene a España, se le ha ido por la alcantarilla venezolana a la que tanto le debe. A eso hay que sumarle la corrupción que aflora entre sus muchachos y esos dineros que reciben desde Venezuela e Irán que no presagian sirvan para nada bueno y también influye su apoyo a la libertad de los presos de ETA, asesinos de inocentes defensores de la patria que ellos tanto odia y de la que quieren vivir.
España prefiere el bipartidismo antes que nuevos experimentos con melenudos y muchachitos que aún ni se afeitan recién salidos de la universidad y a más la sociedad se ha inclinado por Ciudadanos que aparece con fuerza en todas las quinielas para ser un partido con gran representación en el Congreso de los Diputados, alejando a otras formaciones como UPyD e incluso a Izquierda Unida a escaños más alejados dentro del hemiciclo donde su voz casi no será oída y España prefiere antes que el PSOE o el PP pacte con Ciudadanos ya que están todos más en un línea de centro que de las extremas.
En definitiva, nos esperan dos meses muy movidos entre la precampaña y la campaña de las municipales y autonómicas, así como después un verano muy movido de cara a las elecciones generales en el mes de noviembre cuyo resultado se sabrá en base a lo que acontezca en las autonómicas y ya sabe el Partido Popular, en este sentido que, debe poner sus barbas a remojar.

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