viernes, 26 de abril de 2013

Los radicales de la izquierda pierden la batalla contra el Congreso

Agustín Ferrer Ortiz.-


De bochornoso y de paranoicos es como se debe calificar, entre otros muchos términos, la actuación de una manada de gamberros amparados bajo siglas de partidos políticos que han perdido el rumbo y el respeto a España y los españoles.

Los altercados de ayer en el asedio al Congreso de los Diputados en Madrid no es más que una muestra del ejercicio antidemocrático de aquellos que no saben admitir la derrota limpia, legal y democrática que sufrieron hace más de un año cuando la gran mayoría de la ciudadanía española votó por el cambio y le dio la mayoría absoluta al Partido Popular representado por Mariano Rajoy.

La izquierda española y digo la izquierda porque no quiero dejarme ni un solo partido fuera del tintero, son los verdaderos culpables de la actuación de ayer de unos exaltados perro-flautas que dicen llamarse anti sistema y no son más que una pandilla de garrulos degenerados sin pretensiones morales salvo aquellas que les llevan a actuar bajo el sino del vandalismo y en contra de los derechos constitucionales llegando a atacar la casa de la soberanía nacional, la casa del pueblo con la pretensión de dar un golpe de estado contra un gobierno elegido legítimamente.

Es más grave aún, que toda esa izquierda casposa y corrupta de asilo y ampare a esta gentuza desmelenada y greñuda con la pretensión de adelantar unas elecciones generales, algo que indudablemente no conseguirán, por no satisfacer sus pretensiones; es decir, el verdadero culpable que es sin duda el Partido Socialista Obrero español, pretende asegurarse una cantidad de votos en un futuro aún lejano porque no conseguirá esas ansiadas elecciones anticipadas y poder ser perpetuo en el poder, para lo que ha pedido la ayuda de los radicales a los que tantos favores debe ya.

España no puede y menos hoy por hoy, volver a ser gobernada por la izquierda. Ya todos sabemos a lo que se dedica el PSOE cada vez que está en el poder y lo demuestra claramente, cuando vemos que las cuentas no cuadran, que los gastos son de otra galaxia y que las verdades que prometen, quedan siempre en saco roto porque solo hablan con la mentira y la cobardía política. Y ahora, pretenden volver al poder mediante el miedo, mediante el linchamiento político, mediante la estafa social más aberrante que existe.

Por desgracia, la lentitud en la actuación del ejecutivo de Rajoy y las cifras macroeconómicas, que son un verdadero desastre y sumados al aumento del paro que nos sitúa en algo más del 27 por ciento, no favorece en nada a que el ambiente de tensión que busca la izquierda se sosiegue, se apacigüe y veamos unos brotes verdes. Mariano Rajoy debe dar un golpe de timón y cambiar el rumbo de su macro política económica que de los frutos necesarios y no obcecarse en sus pretensiones que no les están dando los resultados que España espera, sin mirar tanto a Europa, pero sin abandonarla y comenzar a exigir a los bancos que se arremanguen y crucen el rio de la desvergüenza para dar préstamos a las pequeñas y medianas empresas, así como a los emprendedores para generar un flujo de dinero y de creación de empleo importante.

Igualmente, el Gobierno debe cerrar el grifo de las subvenciones a partidos políticos y sindicatos, debe cerrar el grifo del dinero que damos a países terceros a los que luego condonamos la deuda como ha venido sucediendo hasta la fecha. Debe cerrar el grifo de los grandes faustos del Estado, reducir salarios en las altas esferas políticas, reducir gastos administrativos bajo la reducción de la plantilla de funcionarios y eliminación de gran parte del parque móvil, así como otras zarandajas de las que tanto gustan presumir sus señorías y que nos cuestan a los españoles un ojo de la cara y parte del otro.

Desde luego la imagen que hemos dado ante el mundo gracias a esta izquierda radical amoral y sin valores políticos que entiende la fuerza como única forma de ganar, deja a España a nivel de países tercermundistas radicales y hay que volver a recordarles, que si el pasado 21-N las elecciones generales hubieran sido ganadas por el PSOE, España se habría visto en niveles de paro inimaginables, una deuda externa e interna descomunal e imposible de atajar (ni en Grecia) y por supuesto, la prima de riesgo hubiera enviado la línea roja fuera de todos los cuadrantes matemáticos y estadísticas, por lo que el rescate de Europa habría sido más que seguro, hasta el extremos que estaríamos peor que Chipre que está preparándose para pedir un segundo rescate, porque Rubalcaba hubiera seguido la misma senda además de seguir con su estilo de despilfarrar y dilapidar la herencia de los españoles.

En definitiva, lo de ayer ante el Congreso, no fue más que una fallida escaramuza que ha dejado en ridículo a los partidos de la izquierda y de forma muy especial al Partido Socialista de Rubalcaba y Valenciano que ya ven como sus sillones se mueven porque dentro de su partido existen voces discordantes que están cansadas de tanta mentira, de tanta falsedad y de tanto ninguneo y de seguir así, sin duda alguna, el PSOE seguirá fracasando como lo está haciendo en todas sus intentonas bélico-callejeras al más puro estilo “rubalstalinismo”.

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