jueves, 11 de febrero de 2016


Desde mi corondel: El PP valenciano necesita abrir el paracaídas

Por Agustín Ferrer Ortiz



La hoja de ruta para la refundación del Partido Popular pasa por recuperar a gente libre de sospecha y la ilusión del votante tan castigada desde las elecciones autonómicas y municipales donde el PPCV sufre un severísimo castigo.

Isabel Bonig, actual cabeza visible del PPCV, quiere renovar todo el Partido Popular en la provincia de Valencia a raíz de los escándalos de corrupción y que la prensa y las redes sociales se están encargando de que de ninguna forma podamos olvidar mientras callan o se enmudecen ante los casos de otros partidos especialmente en el PSOE tal vez movidos por el deseo de que Pedro Sánchez sea el próximo presidente del ejecutivo español.

Ya ha dejado claro la señora Bonig que el PP valenciano se refundará sin contar con Rita Barberá que sin duda en estos momentos es un verdadero lastre para el partido y desde Madrid están implorando a todos los dioses para que presente su dimisión como senadora y acabe con esta sangría ante una sociedad cansada de ver lo que está viendo y viviendo. Y es que este mes ha sido un verdadero terremoto en la calle Quart sede de este partido que ha hecho temblar todos los pilares de Diputación, Generalitat y del Cap i Casal donde en estos momentos no existe la representación popular por estar todos los concejales imputados.

Rita Barberá se ha puesto ella misma en una situación de extrema gravedad desde el momento que ha decidido mantener su postura de negar lo que las evidencias y las confesiones de los imputados, incluida su hermana la están acusando como conocedora de la trama y de la obligación que tenían estos de entregar 1.000 euros al partido si querían estar incluidos en la lista municipal y esas mordidas la han colocado en el cadalso y con la soga al cuello y desde Génova van a tener que tomar una decisión definitiva que acabe con esta situación si de verdad quieren poner coto y fin a los casos de corrupción por los que está atravesando el Partido Popular y permitir así una regeneración y oxigenación del mismo que deje las manos libres a los responsables en las distintas comunidades para afrontar los cambios que se consideren necesarios.

Cierto es que ahora el hecho de que Bonig quiera cambiar todas la fachada del Partido Popular en la Comunidad Valenciana va a traer una guerra interna por ese afán de protagonismos de miembros de la antigua guardia popular que quieren su trozo de tarta sin entender que lo que hace falta es que precisamente esa vieja guardia esté donde está, en la reserva y dejen paso a la nueva tropa que aporte savia e inteligencia y nuevas ideas, amén de que hace falta un compromiso de honor, lealtad y honestidad para que estos casos de corrupción no se vuelvan a repetir. Los excargos del PP valenciano que se oponen a la hoja de ruta deben entender que ya son historia, son las páginas amarillentas que el tiempo deja en la trastienda para memoria histórica, pero deben entender que ya no tienen cabida ni futuro de ahí la situación de “ex” y máxime cuando las viejas glorias pueden traer viejos recuerdos nada buenos para esta formación que necesita oxigenarse al ciento por ciento.

Pero también es muy importante que los militantes hable, opinen, expresen sus deseos y voten esta regeneración porque sin las bases no hay partido, no hay futuro por lo tanto, la mesa del cambio debe ser abierta y plural, no una reedición de los deseos de Génova (Mariano Rajoy y María Dolores Cospedal) por mandar a toda costa y colocar a dedo pues el dedo en la Comunidad Valencia y “somos amigos coño, muy amigos”, ha traído estas consecuencias y aquellos barros deben quedar empantanados en la historia y no volver a concurrir por el rio de la estabilidad, la seriedad y el trabajo. Ahí está la voz discordante de Luis Lucia partidario de “por las buenas o por las malas” romper con la calle Génova “porque el momento político invita a que la derecha valenciana se organice por sí misma” y sinceramente coincido plenamente con sus opiniones muy acertadas porque esta comunidad no puede estar dependiendo siempre de Madrid y siendo infravalorada desde todos los ángulos.

En definitiva, el Partido Popular en la Comunidad Valenciana debe comenzar desde cero y con una nueva imagen, nuevas caras y nuevas afiliaciones. Esperemos que así sea.

 

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