martes, 5 de noviembre de 2013


 “Intolerantes fascistas en la derecha y en la izquierda”
Agustín Ferrer Ortiz.-
Hace unos días escribí un artículo que hizo saltar chispas entre algunos lectores de News la Costera, hasta el extremo de que se acordaban hasta de mi madre con muy malos modales y sigo diciendo lo mismo que entonces, que no son más que unos intolerantes fracasados con un coeficiente intelectual y educativo nulo.

En esta ocasión quiero volver  a escribir después de saber que la sede el PSPV de Benigànim ha sido asaltada en un par de ocasiones y quiero, sinceramente, expresar mi mismo sentimiento de repulsa ante ataques intolerantes a la democracia venga del lado que vengan porque la misma no puede verse amenazada por gentuza que cree que con disturbios, ataques, insultos y otras fórmulas fascistas y criminales se puede conseguir o demostrar algo cuando es todo lo contrario.
Por desgracia existe un descontento generalizado en todo el país con la forma de hacer política de los dos principales partidos, pero este no puede demostrarse con actos que perjudican el buen desarrollo de un estado de derecho como es España con una democracia asentada gracias al esfuerzo de miles de ciudadanos que creemos en las libertades que esta nos ampara y nos concede teniendo además, como mejor garantía el sistema de referéndums, el sufragio universal que nos permite decidir con entera libertad quien debe representarnos y gobernarnos y esto quiere decir que, si no nos gustan estas formaciones políticas porque no estamos conformes con la forme de gobernar, simplemente les damos el voto contrario en las urnas y elegimos otra fuerza.

Seguramente y es cierto, la forma que tuvo el PSOE y que tiene el PSPV de hacer política en la Comunidad Valenciana es de una nulidad absoluta ya que la basan en tratar de gobernar al precio que sea aunque pase por venderse a la extrema izquierda y crear un tripartito que aún perjudique más a los intereses de los valencianos y la gente quiere decirles que por ahí no se va, pero igualmente debemos decirle a esas gentes que el camino del vandalismo y de posturas gamberras no es tampoco el legal.
Lo repetiré hasta la saciedad. El vandalismo, los modales barriobajeros, maleducados e improcedentes nunca serán de mi devoción y siempre los criticaré con dureza aunque eso me suponga insultos y descalificaciones hacia mi persona pero yo, basándome en mi libertad y mi derecho a expresarme, digo abiertamente lo que considero y sigo diciendo que nunca aceptaré que se atente contra locales que representan la libertad del pueblo porque un día, por desgracia, podemos además lamentar que los daños lleguen a ser mayores y con víctimas.

Quisiera ver ahora si aquellos que se creían tan hombres y tan liberales y tan demócratas que a escondidas me llamaban ‘hijo de puta’ y otras lindeces,  si ahora tienen la misma gallardía para pedir perdón. Sé que no lo harán porque no es propio de cobardes indecentes hacerlo, pero sepan esos elementos subversivos de las libertades y el respeto que yo por mi parte los he perdonado, sencillamente porque reconozco que no tienen ni la capacidad moral ni la inteligencia suficiente para poder insultarme.

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