“Intolerantes fascistas en la derecha y en la
izquierda”
Agustín Ferrer Ortiz.-
Hace unos días escribí un
artículo que hizo saltar chispas entre algunos lectores de News la Costera,
hasta el extremo de que se acordaban hasta de mi madre con muy malos modales y
sigo diciendo lo mismo que entonces, que no son más que unos intolerantes
fracasados con un coeficiente intelectual y educativo nulo.
En esta ocasión quiero
volver a escribir después de saber que
la sede el PSPV de Benigànim ha sido asaltada en un par de ocasiones y quiero,
sinceramente, expresar mi mismo sentimiento de repulsa ante ataques
intolerantes a la democracia venga del lado que vengan porque la misma no puede
verse amenazada por gentuza que cree que con disturbios, ataques, insultos y
otras fórmulas fascistas y criminales se puede conseguir o demostrar algo
cuando es todo lo contrario.
Por desgracia existe un
descontento generalizado en todo el país con la forma de hacer política de los
dos principales partidos, pero este no puede demostrarse con actos que
perjudican el buen desarrollo de un estado de derecho como es España con una
democracia asentada gracias al esfuerzo de miles de ciudadanos que creemos en
las libertades que esta nos ampara y nos concede teniendo además, como mejor
garantía el sistema de referéndums, el sufragio universal que nos permite
decidir con entera libertad quien debe representarnos y gobernarnos y esto
quiere decir que, si no nos gustan estas formaciones políticas porque no
estamos conformes con la forme de gobernar, simplemente les damos el voto
contrario en las urnas y elegimos otra fuerza.
Seguramente y es cierto, la forma
que tuvo el PSOE y que tiene el PSPV de hacer política en la Comunidad
Valenciana es de una nulidad absoluta ya que la basan en tratar de gobernar al
precio que sea aunque pase por venderse a la extrema izquierda y crear un
tripartito que aún perjudique más a los intereses de los valencianos y la gente
quiere decirles que por ahí no se va, pero igualmente debemos decirle a esas
gentes que el camino del vandalismo y de posturas gamberras no es tampoco el
legal.
Lo repetiré hasta la saciedad. El
vandalismo, los modales barriobajeros, maleducados e improcedentes nunca serán
de mi devoción y siempre los criticaré con dureza aunque eso me suponga
insultos y descalificaciones hacia mi persona pero yo, basándome en mi libertad
y mi derecho a expresarme, digo abiertamente lo que considero y sigo diciendo
que nunca aceptaré que se atente contra locales que representan la libertad del
pueblo porque un día, por desgracia, podemos además lamentar que los daños
lleguen a ser mayores y con víctimas.
Quisiera ver ahora si aquellos
que se creían tan hombres y tan liberales y tan demócratas que a escondidas me
llamaban ‘hijo de puta’ y otras lindeces,
si ahora tienen la misma gallardía para pedir perdón. Sé que no lo harán
porque no es propio de cobardes indecentes hacerlo, pero sepan esos elementos
subversivos de las libertades y el respeto que yo por mi parte los he
perdonado, sencillamente porque reconozco que no tienen ni la capacidad moral
ni la inteligencia suficiente para poder insultarme.
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