miércoles, 23 de marzo de 2011

Rubalcaba se escuda en Amaral y en las tertulias de "extrema derecha"

Tras su baja médica, el vicepresidente volvió este miércoles a la sesión de control en el Congreso con la escopeta cargada para enfrentarse a los fantasmas del chivatazo y a Gil Lázaro.


La enfermedad que ha mantenido a Alfredo Pérez Rubalcaba apartado de la vida pública durante dos semanas no parece haberle quitado las ganas de guerra. El vicepresidente volvió este miércoles con energía a la sesión de control al Gobierno en el Congreso, donde le esperaba con el colmillo afilado el diputado popular Ignacio Gil Lázaro, deseoso de volverle a preguntar por los agujeros negros del Caso Faisán.

Rubalcaba volvió a emplear la táctica de arremeter contra su interlocutor para evitar responder a su pregunta. "En cualquier otro país usted habría dimitido o estaría cesado", comenzó el popular. Y el número dos del Ejecutivo cogió el fusil.

Primero arrancó explicando que durante su enfermedad ha recibido muchas muestras de apoyo del Grupo Parlamentario Popular, pero que la que más le sorprendió fue la del propio Gil Lázaro. Puesto que éste le deseó públicamente que se recuperara cuanto antes que respondiera a los interrogantes sobre el chivatazo.

"Qué haría usted sin mí los miércoles", le replicó con sorna y entre las risas de la bancada socialista. "No se podría pasear por las tertulias de extrema derecha glosando infamias", añadió. Una expresión, la de las tertulias de extrema derecha, que ya había utilizado por primera vez en otra sesión de control en febrero.

Por último, Rubalcaba le dijo a Gil Lázaro que le recuerda a aquella canción de Amaral que dice "sin ti no soy nada", y acto seguido los diputados socialistas -y también algunos miembros del Gobierno- estallaron en una carcajada. "Esmérese un poco más y cambie de infamias, que éstas ya se las he rebatido", concluyó.

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