jueves, 19 de febrero de 2015


Opinión: La vara de medir del PSOE con la corrupción
Por Agustín Ferrer Ortiz.-


Leo en ABC un artículo de opinión de Ignacio Camacho que resumen muy claramente la política hipócrita, cínica y sinvergüenza que usa el PSOE a la hora de hablar de la corrupción según venga de su partido u otros partidos: “La regeneración de la política española es un hecho: los partidos se han vuelto implacables con la corrupción… de los demás. En el código de conducta imperante entre nuestra clase dirigente un imputado es un señor que debe dimitir de inmediato de su cargo siempre que pertenezca al bando adversario”.

Sánchez, el líder socialista, hoy peleado con más de medio partido tras lo sucedido en el PSM, y a vueltas con Susana Díaz que le quitará el cargo de Secretario General, no le ha temblado el pulso a la hora de cambiar de opinión con los imputados Griñán y Chaves, sin duda alguna como buen socialista que mira la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio, algo a lo que ya nos tienen sobradamente acostumbrados desde la izquierda española. Y ciertamente para Sánchez esto se convierte en un verdadero problema debido a que si el PSOE ya tenía poca credibilidad pues la ha ido perdiendo con creces en la última década, su nuevo líder acaba de darle otra estocada de muerte al partido y con ello permitirá y logrará que Podemos se posicione aún mejor en las elecciones generales de noviembre.

Sinceramente a nadie nos debería haber cogido por sorpresa esta bajada de pantalones ante los pesos pesados del partido y ante las influencias externas (Felipe González y Pérez Rubalcaba) que seguro han existido y existen en este entramado de mentiras y engaños de un partido que desde su creación se ha caracterizado precisamente por no hacer juego limpio y que su célebre frase de: “100 años de honradez”, quedo solo en eso, en una mera frase sin valor y sin sentido porque de ser cierta, muchos socialistas no seguirían en el partido y habrían perdido hasta el carnet de socios.

Hablan de higiene política, de tolerancia cero con la corrupción y en cuanto nos hemos dado la espalda nos han clavado la puñalada trapera hasta el fondo y con mango incluido, porque los principios morales y éticos que deben regir la política y sus consecuencias, son inexistentes para esta fuerza política que una vez más miente a su propio electorado que les aplaude como si fueran dioses con el único derecho sobre la razón y la verdad, alegando que  en su juego democrático todo vale para salvar a los suyo pero todo vale, incluido el juego sucio y antidemocrático para defenestrar al contrincante, incluida a la juez Ayala a la que tachan de estar sobrevolando las elecciones andaluzas para que el PSOE-A de Susana Díaz pierda las elecciones, cuando por desgracia en esa comunidad, el nivel de analfabetismo político es total y la venda en los ojos de los ciudadanos es más negra que el propio color negro.

Pedro Sánchez ha hecho el ridículo, el mismo se ha puesto la soga al cuello para que el PSOE pierda las elecciones (sólo hay que ver las encuestas del CIS) que, podían haber ganado ante la mala gestión del Partido Popular y por el contrario, se las ha puesto en bandeja de plata mientras tapa sus vergüenzas y sigue criticando al contrario, exigiendo para este dimisiones y encarcelaciones mientras para los suyos pide dignidad por lo robado con premeditación y alevosía. Y mal lo va a tener si quiere rectificar, porque ya es demasiado tarde y sus huestes van a ponerlo en la picota a la mínima que trate de rectificar porque la consigna socialista es la de que caiga el enemigo pero no los de casa.

Es en definitiva, que el PSOE ha perdido una ocasión de oro para rectificar y tomar medidas contra la corrupción, pero estaba claro que cuando no quiso pactar este punto con los populares, es porque ya tenía en mente hacer esta triquiñuela y cambiarle el significado a la palabra “imputado” como hacen con todo lo que les conviene, convirtiéndose en el partido del juego sucio. Así, mal futuro tiene el PSOE y así, larga vida a Podemos.

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